lunes, 30 de abril de 2018

Los requisitos formativos del ayer frente a los del hoy

Los tiempos han cambiado, hay quien dirá que a mejor, otros, en cambio, opinarán que ojalá volver a aquellos maravillosos años cuando todo era diferente. Lo que nadie podría negar es el hecho de que, independientemente de si los cambios son mejores o peores, lo que está claro es que los ha habido a un ritmo vertiginoso, y debemos entender y aceptar que cada vez los cambios serán más, mayores y más rápidos.

Ya hemos hablado con anterioridad en este blog de que la educación es una materia pendiente que, al contrario que la tecnología, se ha quedado atrás, estancada; pero no vamos a hablar del atraso educativo en sí, sino de las grandes diferencias que podemos encontrar entre los requisitos formativos de antes y de hoy.

Para ello, partamos de que la educación vigente es de carácter industrial, es decir, surgió en una época en la que era realmente importante alcanzar unos conocimientos mínimos que permitieran llevar a cabo trabajos que no podían ser desempeñados por máquinas o robots (ya que todavía no existían). Hablamos de una educación que no se interesaba en el individuo, sino que, por el contrario, existía en ella una homogeneidad que mataba la creatividad y el pensamiento crítico. Pues bien, nos encontramos entonces en un contexto social y evolutivo en el que un puesto de trabajo dependía de la cantidad de títulos que podías albergar, ya que la mayor aspiración de cualquier persona era una posición laboral donde se ganase mucho dinero, y la única forma de conseguirlo era acumulando formaciones acreditadas. Hasta aquí todo bien, en épocas donde socialmente esa era la única salida para tener una calidad de vida decente, es algo totalmente lícito. El problema es cuando este mismo sistema se ha ido arrastrando hasta la actualidad.

Y es que, actualmente la sociedad no es para nada de carácter industrial. Muchos de esos trabajos que antes eran desempeñados por personas, ahora los realizan máquinas y robots. Y, por cierto, esto es algo que seguirá en aumento, por eso se habla de que dentro de 20 años el 70% de los trabajos serán trabajos que aún no existen hoy en día, de ahí la importancia de desarrollar dentro de cada uno de nosotros un espíritu de adaptación a los cambios. Hablamos de que solo los trabajos que actualmente pueden ser desarrollados única y exclusivamente por personas, permanecerán en el tiempo. Pensemos, ¿es un robot capaz de poner un ladrillo sobre otro en la construcción de un edificio?.

Actualmente, casi todo el mundo tiene acceso a una carrera universitaria, ¿cuántos son capaces de conseguir un puesto de trabajo tras finalizarla? Hace años era realmente impensable estar en paro con una formación universitaria bajo el brazo. Por ello, no siendo suficiente, acudimos a másters, cursos de formación, y algunos apuntan hacia el doctorado; ¿os dais cuenta?, pretendemos seguir la misma línea de acción que hace 100 años, y no nos paramos a pensar que eso ya no funciona, que la "titulitis" es real, existe, que hoy en día ya no importa tanto las acreditaciones que almacenes, sino que el mejor puesto de trabajo lo vas a conseguir siendo creativo, inteligente, activo, selectivo, sabiéndote mover o incluso siendo tú mismo el creador de tu mejor puesto de trabajo.

Me gustaría dejar claro que esto no es un post en contra de la formación, está claro que para muchísimos puestos de trabajo aún es necesaria. Lo que pretendo transmitir es la idea de que los trabajos del futuro no van a necesitar tantos datos en nuestra cabeza, sino más de esas otras cosas que hoy brillan por su ausencia y son las que facilitarán el acceso a un buen puesto de trabajo en un futuro más cercano de lo que muchos pensáis. Y en este caso, no vale decir "ya me adaptaré cuando llegue el momento", ya que no estamos siendo educados para ello. ¿Recuerdas lo de que nuestro sistema educativo sigue estando puramente industrializado?.







Compartir:

0 comentarios:

Publicar un comentario